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La Evaluación del Aprendizaje 

de las Lenguas

La evaluación, desde mi punto de vista, siempre se ha visto como la prueba final que se realiza a los alumnos para poder ponerles una nota a su aprendizaje, entendiendo este como un producto de todo el proceso por el cual han pasado. Y esta era mi visión general antes de empezar con la asignatura de Evaluación del Aprendizaje de ELE. No obstante, después de asistir a las primeras clases y haber leído un seguido de artículos, me he dado cuenta de que también debemos tener en mente diferentes aspectos.

 

En primer lugar, los tipos de evaluación que existen. Por ejemplo, la evaluación del mismo proceso, ya que este puede ejercer un efecto poderoso en los resultados del aprendizaje efectivo de idiomas mejorando la competencia y la confianza del alumno como persona. A partir de esta idea, y como plantea Kohonen (2000), me gustaría poder contribuir a una integración del aprendizaje, la enseñanza y la evaluación en mi futuro como docente, haciendo uso de autoevaluaciones por parte de mis alumnos y, sobre todo, de reflexiones sobre su proceso de aprendizaje. En todo momento me gustaría tener un compromiso para mejorar el aprendizaje de mis alumnos, haciendo uso de diferentes procedimientos para evaluar su progreso, mediante actividades y tareas que integren los objetivos del aula, los currículos y la actuación de la instrucción y la vida real.

 

En segundo lugar, como docentes es importante que tengamos en mente la idea de que debemos tener la capacidad de utilizar de forma significativa y comunicativa toda la cantidad de conocimientos lingüísticos que ha adquirido el alumno, cosa que al mismo tiempo me parece difícil a la hora de tener un grupo grande y tener que centrarme en todos y cada uno de ellos. Aunque, a la hora de evaluarlos, si se tienen en cuenta estos conocimientos, si tengo que realizarles cualquier tipo de prueba, me será mucho más fácil para centrarme en preguntar aquello que no sé de ellos, y no preguntar cosas que ya he podido ver durante todo el proceso.

 

En tercer lugar, respecto a los criterios de evaluación, a lo largo de las sesiones me ha llamado la atención el hecho de que debemos destacar las oportunidades que hay que dar a los alumnos para demostrar lo que saben hacer con el idioma, juntamente con que debemos proporcionarles información sobre la finalidad de las tareas. Es por esto, que he llegado a la conclusión de que las reflexiones de los alumnos, sus autoevaluación y coevaluaciones, son un objeto muy importante para ellos, pero también para nosotros como docentes, ya que nos dan un punto de vista que a lo mejor no hemos sido capaces de observar o darnos cuenta.

 

Y en último lugar, comentar una frase que mencionó el otro día una de mis profesoras de la asignatura, Neus Figueras: “Language is work, and the work is done by students”.

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